Desentrañar el aprendizaje, vernos, animarnos a comenzar este proceso es un Camino de Autoexploración, Autoconocimiento, Autosanación…Vamos pasito a pasito, momento a momento acompañándonos a nosotros mismos a recodificar nuestro pasado, presente y futuro. Es decir: a darle nuevo sentido, cambiar ideas viejas, endurecidas por ideas nuevas y frescas. Y cada idea viene acompañada por un nuevo “sentir” y una acción acorde.
De luces y sombras...
Todo es vibración, cada ser es vibración de energía, y ella se mueve, y determina sus formas, creando la realidad, según lo que pensemos, sintamos y actuemos.
Así, las vivencias del pasado de cada persona configuran la realidad presente y por venir.
Si ese pasado está conformado por registros, memorias, patrones negativos, así será la realidad actual y futura.
Cuando la conciencia de una persona “despierta”, comienza a ver nueva “luz”, sabe que algo está vibrando en desarmonía, algo no está bien en sí misma y en ese darse cuenta comienza el camino de sanación del entramado de memorias.
Los registros del alma guardan paquetes de información que pueden ser positiva o negativa, configurando perfiles, formas de ser, que se actualizan en cada vida con los sucesos y vivencias de cada instante. Se repiten.
Si los perfiles que activamos en nuestras vivencias tienen que ver con esas memorias negativas, con las “sombras”, repetiremos esquemas y secuencias impregnadas de dolor, tristeza, enojo.
Y si están repitiéndose es porque hay que resolverlas, desentrañar el desafío y aprendizaje que implican.
Cuando el alma sana, reconfigurando sus aspectos negativos en positivo, quiere decir que aprendió la lección y trascendió a otro estadio del Ser. Ya no repetirá esa secuencia de vida con las fuertes emociones caóticas que implicaba, si no que podrá vibrar emociones, sentimientos, pensamientos de Vida para accionar en esa vibración amorosa. Ya todo se plasma y se plasmará desde otro perfil más constructivo y creativo del Ser.